CARLOS  MANZANO

fotografías


Rastros

 

El puerto de Apolonia, localidad costera al norte de la isla griega de Naxos , una tarde de otoño de 2003. No hay pescadores, tampoco turistas. Sólo el mar que juega con las barcas varadas en la orilla y con las huellas que los marinos han dejado tal vez por la mañana, de madrugada, antes de salir a pescar. Cierro los ojos y oigo el silencio del mar: sus olas batientes, el aire que silva, las gaviotas que nunca parecen dormirse. Saco la cámara y disparo; una, dos, tres veces. No hay ningún fin concreto: disparo cuando siento, cuando creo, cuando espero. Nada sucede, y eso me subyuga. El tiempo parece no existir. La luz va declinando, dando sus últimos coletazos. Siento que estoy solo en el mundo, rodeado de viejas existencias que me han dejado únicamente sus rastros, sus marcas apenas perceptibles. Y eso es precisamente lo que busco.