CARLOS MANZANO fotografías |
El paisaje es y ha sido un tema tradicional en el arte desde hace algunos siglos y, por lo tanto, también en la fotografía. Y es que en el medio natural se hallan gran parte de los elementos básicos de la composición: volúmenes, lineas, armonía, belleza. Pero no se trata de reproducir lo existente. En primer lugar, hay una exigencia de seleccionar respecto de todo aquello que alcanza nuestra vista (inevitable, puesto que uno de los fundamentos de la fotografía, el encuadre, nos obliga a ello); y ello cobra capital importancia tanto por lo que se decide incluir como por lo que se excluye. Además, uno de los elementos que más diferencian la fotografía del resto de artes plásticas, la captación del instante, retoma en la fotografía de paisajes su primigenio valor: ese momento de luz, la textura a que da lugar, el tono peculiar de algunas formas, se convierten en permanentes gracias al objetivo que ha sido capaz de plasmar aquel momento efímero. Luz, color, armonía de formas y volúmenes son los elementos principales que han hecho del paisaje un género que, desde sus comienzos, ha atraído a tantos fotógrafos y artistas como medio para expresar belleza, emoción, sentimiento. Y es que la realidad jamás se reproduce: se reinterpreta y transmite desde una perspectiva personal que deviene creativa en el pleno sentido de la palabra