CARLOS MANZANO |
Recortes de prensa |
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La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero sábado, 3 de noviembre de 2018 Una reivindicación de la ficción: en estas pocas palabras podemos resumir la última novela de Carlos Manzano. Frente a la moda de las autobiografías, de las biografías ficcionadas y de historias basadas en hechos reales, Carlos nos propone una novela en donde la idea de ficción rezuma en cada línea. Lo cual no quiere decir que deje de lado la máxima literaria que habla de la verosimilitud del relato con independencia de la realidad o la ficción de lo narrado. Eso sí, si el lector quiere tener a mano una serie de consejos sobre cómo escribir una novela de intriga los encontrará en este libro en el que tampoco falta la metaliteratura. Ficción, decía, como acto reivindicativo. Entre otras cosas porque vivimos en una realidad no demasiado agradable y en ocasiones necesitamos aislarnos de ella y refugiarnos en otros mundos. Aislarnos no en el sentido de huida, sino de reflexión, de cómo afrontarla para no salir demasiado chamuscados. La ficción como ejercicio literario, también. ¿Alguna ficción mayor que El Quijote? ¿Alguna realidad mayor que la que trasluce Cervantes? No hay más que leer esta novela y ver cómo se inventan las vidas que los otros quieren escuchar, las que se acomodan más a sus conciencias. Da la impresión de que la ficción amoldada a nuestros gustos se convierte –la convertimos– en realidad y nos protegemos en ella como una especie de paraguas o refugio tras el que nuestra defensa gana enteros, le da un plus de seguridad. Aunque, ¿no es eso una forma de admitir un fracaso, personal en el caso del que nos ocupamos en esta novela, aunque el triunfo profesional sea importante? Y dentro de esta ficción, un tema que se presta a ello de manera clarividente es el de los viajes. Los protagonistas de La vida azarosa y enigmática de Idaira Badiero emprenden un viaje, regresan y lo cuentan. Cada cual lo versiona, lo narra a su estilo, desde su perspectiva. ¿Quién se ciñe a la realidad, a la realidad que vivieron? ¿Nos pasa a todos algo semejante, pasamos una mano de barniz a los hechos y la interpretación diferiría si lo contara otro? No podemos olvidar que la ficción está más presente de lo que admitiríamos en cada uno de nosotros, que no vale desterrarla a las novelas como algo impropio o de escaso valor. Y no me refiero solo a los sueños, a los anhelos. Por todo ello, La vida azarosa y…. me parece una novela a recomendar, que ficción y realidad tienen más puntos en común de lo pensado. Todo ello a través de un lenguaje preciso, de una entretenida lectura y una información que se va suministrando de forma gradual. No quiere eso decir que el punto importante de la novela sea la intriga, el qué pasará. Una novela bien escrita no necesita solo de esos recursos para construir un buen libro. Y este lo es. Antonio Tejedor García |
CIERTA DISTANCIAViernes, 14 de diciembre de 2018 La escritura de Carlos Manzano tiene la capacidad de incomodar a quien se enfrenta a ella. Uno va pasando páginas sin darse apenas cuenta de que la tensión le va asfixiando sutil pero implacable, hasta que se ve obligado a detenerse un momento, a tomar aire, a cambiar de postura. No es un recién llegado, es un escritor con una sólida y coherente obra. Carlos Manzano es autor de cuatro novelas y dos libros de relatos, además de haber participado en diversos libros colectivos y haber coordinado la revista virtual "Narrativas", una trayectoria que debería ser motivo suficiente para que sus nuevos trabajos recibieran mayor atención mediática. Su última novela, la quinta en su haber, se titula La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero. El título recuerda quizá a los enunciados de los trovadores, de los narradores callejeros, y no es una cuestión baladí, pues está directamente relacionada con el tema central de la historia. Dos amigos, Domingo y Miguel, planean un viaje por Europa cuando, a última hora, se suma al grupo una muchacha llamada Idaira Badiero, que resulta ser la hija de un escritor del que Miguel es fiel seguidor. Ambos amigos sienten fascinación por la muchacha, pero de forma diferente, llegando, en el caso de Miguel, que es además el narrador, a casi idealizarla. En un momento dado, ella se separa del grupo y decide seguir el viaje por su cuenta, debido a un episodio desagradable que no revelaré. Algún tiempo después, el protagonista conoce en persona al escritor Sebastián Badiero, y en un intento por establecer una relación con ese hombre al que admira, le dice que conoce a su hija y se ofrece a contarle algunas cosas sobre ella. El escritor y su hija apenas se han visto en muy contadas ocasiones desde que ella era una niña. Comienza así una relación extraña, resultando la actitud del narrador casi obsesiva en su intento por imaginar la vida real de Idaira Badiero. Se produce una especie de juego del gato y el ratón, una investigación que comienza de forma casi inocente y se va convirtiendo en algo que determina la actitud de Miguel, que llega a comportarse en algunos momentos como una especie de psicópata, pese a que siga narrando sus pesquisas con un tono inocente, casi ingenuo. De este modo, el veterano escritor, que en algunos momentos expresa ácidas reflexiones sobre su oficio o el mercado editorial, recibe el relato de la vida de su hija a través de la versión de un narrador que nos parece poco fiable y que, pese a que suele resultar melindroso en muchos aspectos, sigue adelante con sus pesquisas, con su deseo de ver sin ser visto para armar una vida ajena y servirla de un modo atractivo a ese hombre al que tanto admira. Podríamos decir que este libro puede leerse de varias maneras: como una intriga sobre una muchacha huidiza, como el relato de un ser apocado que se obsesiona por una persona hasta el punto de convertirla en un personaje, o como la confrontación entre diferentes modos de narrar una historia. El personaje principal se convierte en un narrador oral preocupado por mantener el interés de su interlocutor y, de paso, el de los que seguimos con la lectura todas sus meditaciones. De cualquiera de las formas que decidamos adoptar a la hora de enfrentarnos a este texto, lo vamos a disfrutar. El estilo de Carlos Manzano es diáfano y preciso a la vez. Sus personajes atrapan la atención desde el principio, e incluso en los momentos en que nos desagradan, nos descubrimos incapaces de apartar la mirada. Nos conduce por la historia con oficio y nos regala jugosas reflexiones sobre el mercado editorial y sobre los mecanismos de la ficción, intercalando diferentes tiempos en la narración y dosificando la historia al estilo de las mejores obras de intriga. El personaje principal, ese narrador pusilánime a la vez que tenaz, llega a resultar agobiante y tenebroso, en una evolución casi imperceptible y asombrosamente eficaz. Supongo que La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero no será un libro fácil de conseguir, algo muy común últimamente, pero les recomiendo que hagan el esfuerzo de buscarlo, de solicitarlo en su librería o por internet. Seguro que no les dejará indiferentes. © Miguel Sanfeliu |
LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDOViernes, 23 de diciembre de 2018 Un par de amigos se las promete muy felices cuando se incorpora a su viaje programado por Europa una mujer enigmática y atractiva llamada Idaira Badiero, pero pronto se llevarán una decepción. Así que fue Idaira la que, tomando otra vez la iniciativa, eligió dormir en la litera superior, disfrutando de ese modo de la comodidad de un colchón en exclusiva, mientras Domingo y yo hubimos de compartir de nuevo, para nuestro fastidio, la misma cama y las mismas sábanas como un matrimonio mal avenido cuyo único propósito consistirá en evitar cualquier mínimo roce entre sus cuerpos. La posible relación triangular salta por los aires por la estulticia de uno de los amigos, Domingo, y se resiente la misma amistad. Creo que fue en ese preciso instante cuando ambos nos miramos a la cara y comprendemos sin decirnos nada que, lo quisiéramos o no, aquello iba a marcar un punto de inflexión en nuestra amistad, una línea de no retorno de consecuencias imprevisibles. El otro amigo, Miguel Moles, el narrador de la historia, se obsesiona con la chica al enterarse de que es la hija secreta de Sebastián Badiero, un escritor de éxito cuya obra admira. Si había un maestro de la novela negra en España ese era sin duda el gran Badiero. Lo certifican su éxito de ventas y la profesa legión de seguidores que consumía fervientemente sus libros, entre la cual yo mismo me encontraba. Y a partir de ese momento se convierte en voyeur de las actividades de la chica y con la excusa de ser un informante privilegiado busca la relación con el padre, pero la historia que le ofrece a su progenitor de su casi desconocida hija es pura fabulación, como las novelas del propio Badiero. Resulta que tenía ante mi a la mismísima hija de Sebastián Badiero, el escritor cuyos libros yo leía con fervor, casi con auténtica pasión, y de cuya vida, por otra parte, apenas sabía nada. Bien es cierto que su propia hija lo había llegado a calificar como “hijo de puta”, pero en ningún lugar está escrito que un buen escritor deba ser también un buen padre. Las relaciones entre lectores y autores suelen acabar en decepción. El lector baja del pedestal muchas veces al autor que admira en cuanto lo conoce y se disipa ese aura mítica que rodea al creador. Otras veces (Misery de Stephen King) eso se transforma en una obsesión psicopática. No es un tema nuevo, ni en literatura ni en el cine, pero Carlos Manzano aborda con una visión novedosa y original su juego literario. Construye el autor un relato hipnótico en esta La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero que gira alrededor de la manipulación, y no precisamente por parte del escritor sino por un lector que parece robarle la iniciativa del relato. El protagonista y narrador, Miguel Moles, impone su punto de vista inventado de Idaira a sus propios padres aprovechando su relación distante (inexistente en el caso del padre), se inventa una vida y una serie de sucesos que sólo tienen lugar en su cabeza. En un intercambio de papeles, Sebastián Badiero se convierte en el lector del relato inventado que hace Miguel Moles sobre su hija y, mientras más va conociendo este último al primero más se derrumba como mito literario y humano. Además, traer un hijo al mundo no significa otra cosa que condenarlo a la muerte desde su nacimiento, obligarlo a vivir el drama de su extinción. En realidad, no pones una vida más en el planeta, pones un futuro cadáver, alguien que tarde o temprano tendrá que enfrentarse al mismo destino que tú: desaparecer, dejar de ser, sucumbir. Llega a decir Sebastián Badiero, el padre desnaturalizado, el creador que todo lo sacrifica por su obra, de su hija: Pero lo que te puedo asegurar es que aquella niña era el bebé más feo que yo había visto nunca, y casi sin darme cuenta empecé a verme a mi mismo diez años después llevando a aquel espantajo de la mano, a aquel ser repulsivo que estaría obligado a exhibir ante el mundo como obra mía. El creador egocéntrico satisfecho de su obra literaria no lo está de su creación física a la que colma de imperfecciones, pero Idaira es tan hermosa como inteligente. Carlos Manzano introduce lo metaliterario en una novela de prosa cuidada, como ya es habitual en él, perfilando los personajes de su relato con pequeños apuntes, notas de ironía o diálogos perfectos que intercambian el lector y el autor. A medida que ese hablador que no escribe, Miguel Moles, va invadiendo la vida de Sebastián Badiero, el mito del escritor, su aura, se desvanece. Moles, manipulador supremo, vende a Badiero una hija que sólo existe en su imaginación y el padre lo acepta como lo haría cualquier lector apasionado de sus novelas porque se ha distanciado tanto de ella que no la conoce. Carlos Manzano, gran prosista, autor de relatos siempre bien pergeñados y que deja al lector sumido en la inquietud y en la angustia, escribe una novela magnífica con sólo cinco personajes y escenarios concretos: el viaje por Europa de los tres jóvenes que acaba abruptamente y los encuentros forzados de Miguel Moles con Santiago Badiero en una vampirización a la inversa. A través de una intriga imaginativa el escritor zaragozano habla de literatura, su gran pasión. Una vez terminada la historia, el narrador debe desaparecer y dar paso al lector para que asimile, enriquezca o rechace todo lo que ha sido contado, y hace suya en su novela esa máxima brillante de Margaret Atwood: Interesarse por un escritor porque nos gustan sus libros es como interesarse por un pato porque nos gusta el fuagrás. © José Luis Muñoz |
La enigmática y azarosa vida de Idaira Baqueiro, de Carlos Manzano - ReseñaViernes, 4 de enero de 2019 Carlos Manzano es un narrador inquisitivo. Acabo de leer La enigmática y azarosa vida de Idaira Badiero, última novela de su autoría. Ha sido de dos tirones porque en el primero algunas obligaciones me impidieron seguir. Es decir, atrapa, pero no sólo por la trama, sino por un lenguaje que raya en la obsesión para conseguir que quien lea la novela se hipnotice con los personajes antes que con el argumento. Y no es baladí el argumento, original y atrevido, con evoluciones sutiles, tanto del perfil de los actante como de la trama, que nos presenta a un tipejo educado en las formas y perverso en los fondos, que nos cuenta en primera persona una historia que al final no sabes si ha ocurrido tal como nos la ha narrado o es producto de su malsana perversión que va destapándose a lo largo de las páginas. No te la pierdas... y eso que, conociendo la afición a los viajes de Manzano, es una pena que no se haya explayado más en describirnos las ciudades visitadas y sobre todo las sensaciones que le producen. ¿Sabes?, creo que ha sido pereza, así que le reto a que en la siguiente nos hable más... de Amsterdam, por ejemplo, ¿o Berlín? © José Antonio Prades |
HERALDO DE ARAGÓN Suplemento Artes & Letras jueves, 24 de enero de 2019 LETRAS ARAGONESAS CARLOS MANZANO PUBLICA UNA FICCIÓN DE TRÁNSITO Y FAMILIA De la viajera accidental Carlos Manzano es uno de los escritores más sugestivos del actual panorama literario. Ha alcanzado una madurez narrativa que se manifiesta espléndida en su última novela: "La azarosa y enigmática vida de Idaira Badiero". En su obra, ya considerable, ha ido trazando las líneas maestras de su percepción y ha logrado perfilar un lenguaje propio, inconfundible, melódico, metódico y poético, que atrapa a las pocas líneas de comenzar la lectura. Sus argumentos tienen en general más trayecto interno que externo. No hay grandes despliegues históricos, ni costumbristas, ni espectacularidad alguna, pero maneja el bisturí literario con habilidad para ir hurgando en la realidad próxima con una maestría sorprendente. Ha publicado hasta ahora una docena de obras propias, entre novelas y libros de relatos, que se desarrollan en una línea de creciente interés. Ajeno a las modas y a la literatura de consumo, Manzano tiene trazada su propia línea directriz que envuelve al lector y le conduce a cierta empatía con algunos de los personajes, aun manteniendo cada cual su propia identidad. Análisis y relato se conjugan en su última novela. Dos amigos han programado un viaje veraniego. A última hora, se apunta una joven, Idaira Badiero. Miguel, narrador de la historia, se resiste inicialmente a la iniciativa de Domingo, que es quien ha contactado con ella. Finalmente acepta por algo tan simple como el reparto de los gastos. No tiene más intención, que sí se adivina en su amigo, intención en cierto modo lógica en estos tiempos liberales. No es tampoco la de Idaira. Tras unos días compartiendo las peripecias del viaje, un desencuentro, con su pequeña dosis de morbo, provoca que ella los abandone precipitadamente con destino desconocido. El viaje de los amigos prosigue hasta la conclusión prevista. En ese momento, Domingo desaparece de la escena. Se ha olvidado de la mujer, cosa que no le ocurre a su colega. Es aquí donde comienza la verdadera tensión narrativa, unos giros en espiral creciente y al mismo tiempo un vórtice en el que Miguel se debate intentando descifrar la personalidad de la mujer. Emprende un espionaje implacable, abandonando sus estudios de Derecho. Contacta con su padre, Sebastián Badiero, un conocido escritor a quien él admira, con su madre, con su hermana menor... tratando de conocer la vida anterior y de aclarar los enigmas que Idaira Badiero encierra para él. La narración avanza implacable, la intriga crece, la obsesión del narrador agobia, los dos protagonistas se encuentran sucesivamente, el escritor se implica también en la vida de una hija a la que abandonó siendo bebé y a la que quiso recuperar en la adolescencia. Cuando el lector teme, por indicios, que la historia de Idaira revele un hecho dramático, la novela concluye de forma elegante, abierta, dejando una sensación de plenitud narrativa no siempre fácil de conseguir. Francisco Javier Aguirre |
DE LIBROS Y LECTURASLA ENIGMÁTICA Y AZAROSA VIDA DE IDAIRA BADIERO - Carlos ManzanoMartes, 12 de febrero de 2019 La enigmática y azarosa vida de Idaira Badiero es la última novela de Carlos Manzano. En ella se cuenta el viaje que dos amigos, Domingo y Miguel, planean hacer por Europa. A este viaje se suma en el último momento Idaira Badiero, hija de un escritor por el que Miguel siente fascinación. En una de las paradas de este viaje, Idaira, molesta por un suceso relacionado con Domingo los abandona y continúa el viaje por su cuenta. Miguel, el protagonista y narrador conoce a Sebastián Badiero. En su afán por relacionarse amistosamente con Sebastián Badiero, le comenta que conoce a su hija, con quien el escritor apenas mantiene contacto. Miguel comienza contarle cosas sobre Idaira, ciertas o no, pero que le llegan a obsesionar tanto como para convertirse en investigador de la chica, de su vida, de sus movimientos. Una narración sobre la vida de Idaira que le convierte en imprescindible para el escritor. Una obsesión malsana que no tiene visos de parar.
Sebastián Badiero es un personaje cínico, en algunos momentos repulsivo por sus manifestaciones y reflexiones sobre su oficio, sobre la escritura, sobre el mundo literario sobre la vida en general.
Miguel accede a varias entrevistas con él. A través de sus palabras, Sebastián Badiero muestra su verdadero rostro y poco a poco el mito se va derrumbando. Se da cuenta de que conocer a la persona que hay detrás de los libros no siempre es ventajoso. Esta novela es el relato de una impostura. Una historia con solo cinco personajes que logra atraer la atención del lector aunque, en algunos momentos, debido a la cualidad humana del personaje que habla te produzca rechazo. A pesar de ello, es difícil dejar la lectura. Es difícil no seguir con la narración hasta saber qué va a seguir a continuación, consiguiendo llevarnos a diversos estados de ánimo (He llegado a odiar a Sebastián Badiero). Carlos Manzano mantiene en todo la fuerza narrativa y la intriga hasta el final de la narración con el estilo preciso y cuidado que le caracteriza. Una novela que aconsejo leer. Elena Casero Viana |
LA AZAROSA Y ENIGMÁTICA VIDA DE
IDAIRA BADIERO Lunes, 4 de marzo de 2019 Acabo de terminar la última novela de Carlos Manzano, La azarosa y enigmática vida de Idaira Badeiro, una excepcional novela acerca de la incomunicación y la soledad. Sobre un argumento en apariencia tan sencillo como el seguimiento de una joven, el protagonista va constatando, con progresivo dolor, cómo los seres humanos giramos cada uno en una órbita distinta, y nunca de ninguna manera conseguiremos penetrar en la verdad del otro, aunque le consideremos muy cercano a nosotros. El protagonista, a lo largo de las páginas de la novela, va encontrándose extraño y ajeno a las personas que antes admiraba. Entre el amigo y él, por ejemplo, antes íntimos, se abre de pronto una brecha insalvable; la Idaira a quien un día trató es, de pronto, una persona distinta y desconocida. Pero sobre todo me ha parecido de un altísimo nivel la manera en que Manzano retrata al padre de Idaira Badiero, un escritor de éxito. Es un tipo que se ha acorazado con todos los tópicos de lo políticamente correcto, que se ha instalado en lo irreprochable y desde allí juzga a los demás y pontifica sobre ellos. Pero en realidad se ha introducido en esa coraza agobiado por, quizá, la única y vergonzante verdad de su vida. Al conocerla, de repente el protagonista contempla al escritor al que antes admiraba y con cuyas palabras quedaba embobado como lo que es (cito): "un puto presuntuoso. O dicho simple y llanamente; un gilipollas más". Gran novela, de contenido muy humano, y doloroso, sobre la forma en que, poco a poco, nos vamos quedando solos. Entre tantas novelas de peripecias, fantasías, disfraces, decorados como abundan hoy..., Carlos Manzano se ha apartado de todo eso y se ha parado a preguntarse, sin hacerse trampas, por la verdad de nosotros mismos, que considero es la principal pregunta que debe hacerse la literatura. Miguel Baquero |
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